martes, 26 de noviembre de 2013

MOE - Preparados para entrar en acción

El Mando de Operaciones Especiales desarrolla en Rabasa y Agost ejercicios para mostrar la eficiencia de los guerrilleros.

Preparados para entrar en acción
  26.11.2013 | 01:34
El espíritu guerrillero de sus militares y su continua capacidad de mejora y experimentación les ha llevado a situarse en la élite del ejército en la esfera internacional.

Los Grupos de Operaciones Especiales (GOE) «Valencia» III, «Tercio del Ampurdan» IV y «Maderal Oleaga» XIX partieron en una misión secreta desde Alicante, desde el Acuartelamiento «Alférez Rojas Navarrete» de Rabasa, y ya llevan 92 días desplegados en la base operativa avanzada de Tytan. Este país aliado, ubicado en el continente de Gerasia, está recibiendo el apoyo militar de la OTAN, por mandato directo de la ONU, al verse acosado por Kamon, Petraceros y Stellaria, que son tres estados autoritarios, beligerantes y con vínculos con organizaciones terroristas de ámbito internacional que han desestabilizado la región, y suponen un peligro para el «status quo» del mundo occidental.

Los boinas verdes del Mando de Operaciones Especiales del cuartel de Rabasa que participan en la misión, todos ellos bajo las órdenes del teniente coronel Javier Lucas de Soto, ya están en disposición de preparar misiones de reconocimiento de objetivos y de transmitir toda la información obtenida sobre las organizaciones terroristas de la zona e, incluso, sobre un posible depósito de armas químicas. Pero el sábado pasado el contingente español, que montó en Tytan todo su campamento en menos de dos días, fue informado en su puesto de mando, desde el cuartel general de Madrid, de que los terroristas han secuestrado al cooperante español de una ONG, por lo que las patrullas de élite están preparando una acción directa en territorio enemigo para rescatar al rehén, capturar al jefe de la organización y destruir varios objetivos estratégicos situados detrás de las líneas enemigas. Para su adiestramiento en el «golpe de mano» cuentan con armamento sofisticado, con dos helicópteros de guerra desde el que los boinas verdes se lanzan con cuerdas y, por vez primera, también disponen del apoyo de perros especializados en la detección de explosivos y minas y en la localización y neutralización de enemigos. Asimismo, con los guerrilleros están colaborando varias unidades de apoyo del ejército español especializadas en la desactivación de artefactos, así como en los protocolos más avanzados para combatir la guerra nuclear, bacteriológica, química y electrónica.

Podría tratarse de una situación real pero no lo es. Se trata del «Ejercicio Maderal 2013» que dirige el GOE XIX. Un operativo ficticio y ambientado hasta el más mínimo detalle para simular una intervención del Mando de Operaciones Especiales que podría producirse en cualquier lugar del planeta. Los boinas verdes lo saben y por eso su formación teórica y práctica es continua, abarca el mayor número posible de disciplinas de combate e inteligencia y está en continua evolución y experimentación. Aspectos, todos ellos, que han llevado a los GOE a ser reconocidos, desde su creación hace quince años, como una de las fuerzas de élite con mayor nivel de preparación y eficacia del mundo.

Precisamente, en el ejercicio que se está desarrollando desde hace una semana en Rabasa, –donde se ha instalado el centro de operaciones completamente aislado del resto del acuartelamiento–, y en el campo de maniobras de Agost, –donde se ha realizado el ejercicio de integración de todas las unidades–, se está comprobando el alto nivel de eficiencia que para los guerrilleros supone contar en sus misiones con el apoyo de militares expertos en guerra nuclear, bacteriológica, química y electrónica, con quienes realizan prácticas conjuntas para integrarlos en sus operaciones. Y en este sentido lo más novedoso ha sido contar con Jimi y Fito, dos perros del Servicio Cinológico del Ministerio de Defensa, con los que se han realizado maniobras de incursión en un poblado enemigo. Uno de estos pastores belga, Fito concretamente, saltó al «estrellato» en Afganistán al detectar una mina enterrada en la carretera por la que iba a pasar un convoy de soldados españoles. Militares que en el caso de los boinas verdes mantienen su espíritu guerrillero y siempre están preparados para entrar en acción al grito de «¡Me atrevo!».

domingo, 24 de noviembre de 2013

COE 61 - Burgos - Su Capitán fundador y sus inicios.

Editado por: Ángel Redondo
CANAL YOU TUBE
Boinas-Verdes.blogspot


Capitán fundador de la C.O.E. nº 61

Imo Sr. Coronel. D. Juan Antonio Pérez de Mendiguren Alonso



 

lunes, 18 de noviembre de 2013

Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales.


EDITADO POR: José Manuel H.G. 

 Publicado el 01/10/2012

ORIGENES Y BREVE HISTORIA DE:

Escuela Militar de Montaña
 y Operaciones Especiales.


MUSEO EMMOE 

domingo, 17 de noviembre de 2013

Aniversario - 2013 - MOE

LII Aniversario de la creación de las 
Unidades de Operaciones Especiales,

Publicado el 29/01/2014

Vídeo editado por: Manuel Soriano





viernes, 15 de noviembre de 2013

DEDICADO A TODAS LAS ASPFOR QUE HAN PISADO TIERRA AFGANA

Editado por: Recluta Patoso (Nick Facebook)
Publicado el 15/11/2013


Hacia mucho tiempo que no encontraba un vídeo con esta calidad de imágenes y música.
Buena letra en la canción y excelentes fotografías.
GRACIAS por este trabajo.
Recluta Patoso.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Equipo Operativo del GOE IV - CRUCES CON DISTINTIVO AZUL



GOE IV "Tercio del Ampurdan"
M I S I O N : Afghanistan 2007


NOTA: Dado que la misión es reciente y que muchos de los que estuvieron en este lance 
aun están en activo. Solo publicare la graduación y las iniciales de los mismos.



En 2007 el equipo operativo del GOE IV perteneciente a la Unidad de Operaciones Especiales "Tercio de Ampurdan IV" estuvo en Afganistan.

Durante aquella misión y aunque oficialmente los efectivos militares destinados estaban en misión humanitaria dicho equipo entro en combate hasta en 3 ocasiones.

Una de ellas en un tic de mas de 8 horas, usando con la EZAPAC el apoyo CAS (1), algo inusual en las fuerzas armadas españolas.

Acción por la que los integrantes de este equipo operativo fueron condecorados con la CRUZ con distintivo Azul (2).



CRUCES CON DISTINTIVO AZUL


Comandante Manuel Agustín V;

Capitán Víctor M

Teniente José Antonio B

Sargento: Luís F

Sargento: Manuel Ignacio S

Cabo primero: Francisco M,

Soldado: Fernando G.

Soldado: Juan Carlos M.

Soldado: Iván D.

Soldado: Junior M.

Soldado: Francisco Javier B.

Soldado: Abel C. 

NOTA: A través de Facebook me confirman que la Cruz al Merito Militar con distintivo Azul, también se ha entregado a todos los miembros del ejército que han estado más de un año destinados en misión/es internacionales (cumpliendo los 365 días en una o más misiones, siendo acumulable el computo de días cumplido).



(1)  CAS:   
En la táctica militar, el Apoyo Aéreo Cercano (Close Air Support – CAS) se define como la acción aérea contra blancos hostiles que se encuentran en cercanías de fuerzas amigas y que requiere integración especifica de cada misión aérea con el fuego y movimiento de dichas fuerzas. El factor determinante para el CAS es la integración detallada no la proximidad. El CAS necesitaría ser conducido como parte del movimiento y fuego de las fuerzas a ser justamente, apoyadas.

(2) CRUZ:

Para oficiales, suboficiales y tropa y el personal civil que no tenga el rango suficiente para obtener la Gran Cruz. Las Cruces del Mérito Militar, que serán de brazos iguales, llevarán en el centro un escudo circular cuartelado y fileteado en oro: primero, de Castilla; segundo, de León; tercero, de Aragón, y cuarto, de Navarra; entado en punta Granada y escusón en su centro de Borbón-Anjou. En su reverso, el escudo llevará inscritas las letras, en oro, MM, sobre esmalte de color rojo. Se concederán:


  • Con distintivo rojo: Se concederán a aquellas personas que, con valor, hayan realizado acciones, hechos o servicios eficaces en el transcurso de un conflicto armado o de operaciones militares que impliquen o puedan implicar el uso de fuerza armada, y que conlleven unas dotes militares o de mando significativas. La Cruz con distintivo rojo será esmaltada en rojo y penderá de una cinta roja con lista blanca en el centro de ancho igual a un octavo del ancho total de aquélla.

  • Con distintivo azul: Se concederán por acciones, hechos o servicios extraordinarios que, sin estar contemplados en la sección 1.ª de este capítulo, se lleven a cabo en operaciones derivadas de un mandato de las Naciones Unidas o en el marco de otras organizaciones internacionales. La Cruz con distintivo azul será esmaltada en blanco con listas esmaltadas en azul más oscuro en los brazos, salvo en el superior, y penderá de una cinta igual a la de la Cruz con distintivo blanco, con cantos azules más oscuros de dos milímetros de ancho.

  • Con distintivo amarillo: Se concederán por acciones, hechos o servicios que entrañen grave riesgo y en los casos de lesiones

http://es.wikipedia.org/wiki/Cruces_del_M%C3%A9rito_Militar

El primer coche oficial del Ejército celebra su cumpleaños


El coche en sí era una gran berlina. pero, básicamente, se trataba de un Fiat 1400 con pequeños retoques de diseño (en su creación, Seat fabricada modelos de Fiat bajo licencia, algo más sencillo y económico que si la marca española hubiera tenido que desarrollar desde cero. Su apariencia muy elegante -inspirada en la de los modelos americanos de la época-, su comodidad y amplitud... hicieron que muy pronto fuese el coche en el que se desplazaban los altos mandos militares de los distintos cuerpos -esas unidades siempre iban pintadas en color negro-. Asimismo, los taxistas descubrieron en el 1400 una excelente herramienta para su trabajo diario.
Cuando se lanza este Seat hace 60 años, su precio era de 121.875 pesetas, algo así como el equivalente a 41.735 euros de hoy en día; por esa cantidad, el comprador adquiría un cuatro puertas de 4,3 m de largo que se ofreció con mecánicas de 44 a 58 CV, asociado en todos los casos a un cambio manual de cuatro velocidades. 
Como curiosidad, al inicio de su fabricación se ensamblaban cinco unidades diarias y la plantilla de Seat la constituían 925 empleados; apenas un año más tarde ya se habían construido 954 unidades y a partir de ese momento la demanda del vehículo no para de crecer, algo que permite que su precio de venta se reduzca. El 1400 estuvo en el mercado hasta 1964 y, en total, de la planta de Barcelona salieron 98.114 unidades, antes de que fuera reemplazado por el, aún más popular, Seat 1500.

viernes, 8 de noviembre de 2013

TENIENTE D. MANUEL ALVAREZ DIAZ - EMMOE

Hola:

Hoy quiero rendir homenaje al Teniente:

D. Manuel Alvarez Diaz.
 Grupo Militar de Alta Montaña
 fallecido en 1996 en las laderas del Gasherbrum I 
del Himalaya paquistaní.
 IN MEMORIAN 

Escrito por: Marcelino M. González 
BLOG: Cosas de Duke.


MANUEL ALVAREZ DIAZ,
el niño con zapatos nuevos

A finales de abril se celebró su Memorial. Como todos los años desde hace trece, militares y montañeros de toda la geografía española acudieron a Sama para recordar al Teniente Manuel Alvarez del Grupo Militar de Alta Montaña, destinado en Jaca y fallecido en las laderas del Gasherbrum I del Himalaya paquistaní. Unos días después de terminado el Memorial me reuní con la familia en su domicilio de Sama para intentar conocerle algo más a fondo. Con sus padres, hermano y tía mantuve una conversación entrañable, muchas veces salpicada por las lágrimas, de cuyo contenido paso a darles cuenta.

SU JUVENTUD Y SU BICICLETA
Había nacido su hermana cuando, teniendo catorce meses, se fue a vivir con su abuelo a Valdesoto. Allí permaneció hasta que empezó al colegio y falleció su hermana con seis años. Siendo nieto y sobrino primogénito tuvo una permanente relación con aquella casa de su abuelo y sus tíos. Su tía Marga (Titina) que además era su madrina, entre lágrimas, me cuenta que era un niño que se prestaba más a la confidencia con ella porque, al no ser su madre, era más permisiva y protectora -más alcahueta, según dice- y, ya desde entonces, mantuvo con él una relación muy estrecha. Era una persona de carácter desde niño, con las ideas claras y siempre seguro de lo que tenía que hacer. No era
hablador y siempre fue muy austero. No necesitaba grandes juguetes, jugaba con las chapas de los refrescos para hacer equipos de ciclismo. Todo el día trabajaba con los cristales. Nunca tuvo caprichos salvo, siendo ya adolescente, lo que resultaba evidente: una bicicleta. Quería ser ciclista, fue siempre su asignatura pendiente. Sus padres no estaban por la labor pero se la prometieron cuando aprobase el COU, de forma que cuando lo hizo y no vio satisfecha su expectativa se fue a trabajar con los albañiles y se la compró él mismo. El día que la estrenó su felicidad era total (véase la foto). Pero tenía que estudiar y, a instancias de su padre -no por vocación-, comenzó derecho. Mientras tanto hacía deporte frenéticamente con su bici, pese a la preocupación de sus padres que temían que, por su temeridad, le fuera a ocurrir algo. Un día su abuelo le siguió en su coche mientras subía el puerto de Pajares y cuando volvió contó que no había levantado el culo del sillín hasta llegar arriba. Era pura fibra, dice su hermano. Habría llegado a ser una figura del ciclismo. Sin embargo Titina está segura de que hubiera llegado a ser figura en cualquier cosa. Su autodisciplina y su tesón eran impresionantes. El día que decidió dejar de estudiar derecho no le hubiera movido ni un ejército.

MERECE LA PENA DETENERSE
 A VER EL VIDEO COMPLETO 
ANTES DE SEGUIR LEYENDO
YA QUE EL ARTICULO EL LARGO.



LA RADIO, CANADÁ O EL EJÉRCITO
Estaba convencido de que no servía para estar detrás de la mesa de un despacho. Su espíritu deportista y aventurero le impulsaba a otras empresas, así es que había decidido ingresar en el ejército pero temía que sus padres no se lo permitieran. Por entonces Don Eladio Miranda, director de Radio Cadena en Sama, se había fijado en él y le había ofrecido entrar en la radio, de hecho ya había aprobado algún curso al efecto (solo lo sabía Titina), de forma que era la salida que tenía prevista si sus padres no le permitían ser militar. Con lo que ganase en la radio pensaba irse a Canadá a cortar árboles. Su madre afirma que claro que iría, y cuenta que él nuca pedía dinero para nada e insiste en su austeridad, dormía en un banco del parque

si era necesario. Ingresó en la Academia de Suboficiales y cuando se graduó sus padres, que habían asistido al acto militar, querían traerlo a casa pero, bajo un sol de justicia, se quedó provisto de petate en la carretera haciendo autostop para irse a escalar. Tirado en una cuneta, cuenta su madre llorando. En pocos años había hecho un curso para mando en la Unidad de Operaciones Especiales (COE), duro donde los haya, e ingresó en los Boinas Verdes. Salió Teniente en la VII Promoción de la Academia Especial Militar y terminó cursos de Buceo de Asalto, Paracaidismo y Superior de montaña, pasando a formar parte del grupo militar de Alta Montaña con sede en Jaca (Huesca). Tuvo cinco destinos distintos entre los que cabe destacar el Regimiento Príncipe nº 3 en Siero y, por supuesto, el último en Jaca y fue condecorado en dos ocasiones con la Cruz al Mérito Militar con distintivo Blanco

SU PASIÓN: LA MONTAÑA
Las primeras referencias sobre sus escaladas en los Picos de Europa son de 1979, con su ascensión al Naranjo de Bulnes por su vía Sur. Los Picos siempre representaron para él su escuela de escalada por excelencia. Tiene más de cien ascensiones, sin repetir, a cimas de más de 2.500 metros de altitud, entre ellos la travesía de los cuatro miles del Mont Blanc, el Monte Tahat (Argelia) o el Aneto. Cuenta también con más de cuarenta travesías con esquís, sin repetir, de al menos una jornada en los Picos de Europa, Candanchú o la Bonaigua. El exponente más claro de su nivel técnico viene reflejado en las más de ochenta escaladas de Alta Montaña, sin repetir, entre las que destacan varías vías del Naranjo de Bulnes o las caras norte del Cervino y del Eiger. En 1993 participó en la Expedición Internacional al Pico Chogolisa de 7.654 metros en la cordillera del Karakorum y dos años más tarde, en el Antártico, bajo unas condiciones meteorológicas adversas, asciende al monte Vinson, el más alto del continente (4.680 m.), donde un alud estuvo a punto de sepultarle.


“LO QUE ME PREOCUPA NO ES SUBIR, SINO VOLVER”
Ricardo Martínez Llorca, autor del libro “El precio de ser pájaro”, define a Manolo como “un hombre viril y algo miope, de rostro mansamente tallado con cuchillo. Luce un peinado de galán de cine de los años cincuenta…”. Sería en 1996 cuando con el Grupo Militar de Alta Montaña participa en la Expedición al Gasherbrum I en la cordillera del Karakorum del Himalaya paquistaní (las Montañas de la Luz). El grueso de la expedición tardó ocho días en alcanzar los 5.100 m. para emplazar su campo base. Con un tiempo de perros se dedicaron a fijar los campos I y II donde solo pudieron instalar 200 metros de cuerdas fijas. El pronóstico anuncia al menos veinticuatro horas de tiempo decente y deciden que ya es hora de poner pies en lo más alto. Un grupo mixto formado por el Comandante Alfonso Juez, el Teniente Manuel Alvarez y los montañeros Iñaki Otxoa y Juan Tomás emprende la marcha. “Lo que me preocupa no es subir -se le oye decir a Manolo antes de calzarse los crampones-, sino volver". En el campo I, cuando se disponen a descansar, Alfonso se pone enfermo y les dice que no podrá ponerse en marcha al día siguiente, así que deciden que sean Iñaki y Juan quienes prosigan la ascensión y ataquen la cumbre. Veinticuatro horas más tarde Alfonso se recupera y continúan hasta el campo II, al tiempo que los otros montañeros instalan el III, una pequeña tienda que apenas molesta en la inmensidad blanca de una pendiente lisa como el cristal rodeada por gigantescos muros de roca, campo al que llegan Manolo y Alfonso al día siguiente, justo cuando coronan sus compañeros. “A las once de la noche del día siguiente, serán Alfonso y Manolo los que partan del campamento III hacia la cima, relevándose a la hora de abrir huella con una compenetración muda y de metrónomo. Al amanecer pueden apagar sus linternas frontales. Un sol sin potencia les infunde confianza. A las diez de la mañana, la misma hora en que los otros dos compañeros alcanzan el campamento base tras un descenso vertiginoso, tocan el cielo de la cumbre. Desde abajo se habla con ellos. Manolo confiesa encontrarse tan contento como un niño con zapatos nuevos. En ese momento la versión más humana de la felicidad es una euforia semejante a la borrachera. Sus amigos del campamento base les indican que descansen un tanto, si el viento se lo permite, y comiencen el descenso” (sic). Inician el descenso con Manolo delante, abriendo huella, convencido de que su seguridad depende de la rapidez con que bajen cuando se levanta una ventisca endemoniada y Alfonso pierde de vista a su compañero hasta que en un claro, entre la polvareda blanca, ve a Manolo más abajo del lugar donde él calculaba que debía estar. Ha sufrido un accidente. Lo encuentra encogido en posición fetal en torno al piolet que ha clavado en la nieve a modo de seguro y se queja entre dientes de un suplicio que se agarra a sus cervicales. Tras unas horas de un insufrible descenso, Alfonso logra introducir su cuerpo en la tienda del campo III, donde le quita la ropa y los crampones, le introduce en el saco de dormir y le suministra un calmante. Inmediatamente avisa al campo base pidiendo ayuda pero el mal tiempo impide durante seis días que el grupo de rescate acuda en su ayuda. Manolo pide a Alfonso que le deje allí y descienda, lo mismo le dicen desde abajo, pero el comandante no abandona ni por un segundo a su compañero malherido. El día 17 de julio hay una leve mejoría del tiempo y se deciden a bajar mientras el grupo de rescate asciende en su ayuda. Cuando les avistaron, cuenta uno de los militares del grupo, “Manolo y Alfonso estaban rapelando y a punto de llegar a una reunión, les grité para infundirles ánimos pero creo que no me oyeron; estaría a escasos 20 metros de ellos”. En ese momento una cuerda en malas condiciones se rompe y manolo cae arrastrando a su compañero con él. Alfonso logra aferrarse pero Manolo no corre la misma suerte y yace sin vida entre la nieve.

HOMENAJES PÓSTUMOS
“Manolo era el mejor de nosotros, el más técnico, el más fuerte. Y además era una persona que respiraba tranquilidad por los cuatro costados; como compañero de cordada suyo, te sentías seguro. Si antes de ir al Gasherblum me hubieran preguntado quién de nosotros podría hacer cima, habría contestado que él sin lugar a dudas. Si me hubieran hecho escribir en un papel quién podría sufrir un accidente, a él no le habría incluido en la lista” (sic), dice el capitán Alberto Ayora en su libro “Gestión del Riesgo”. Y eso es lo mismo que piensa su familia, “con Manolo uno estaba tranquilo. Comunicaba sosiego y seguridad”. Allí mismo, donde había encontrado la muerte, sus compañeros de cordada le hicieron los honores militares y le dejaron para siempre, como él quería, en una grieta de las que pueblan el collado del Gasherblum.
Años más tarde el GMAM invitó a su esposa, Carmela, y a su hijo, Manolín, a repetir la ruta que Manolo había hecho con el Grupo en 1996. Y acompañados de una escolta militar volaron a Paquistán y visitaron todos y cada uno de los lugares donde había estado el Teniente. En Islamabad, la capital, fueron recibidos en la Embajada Española, donde se rindió homenaje a Manolo y donde luce una placa en su honor dedicada por sus compañeros de Regimiento. Visitaron la cordillera del Karakorum y, a lo lejos, desde el glaciar donde había estado el campamento base, Carmela y Manolín pudieron ver el lugar donde su esposo y padre reposa para la eternidad. Su espíritu emprendedor y aventurero permanece entre sus compañeros de montaña y militares, y entre su familia. Todos juntos le recuerdan y homenajean cada año en el Memorial que se celebra en Sama por primavera.

No debo de terminar sin antes dar mi agradecimiento a la familia de Manolo Alvarez, sus padres Santa y Manuel, su hermano Nacho y su tía Margarita (Titina), por haberme recibido en su casa y haberme documentado verbal y gráficamente acerca de su figura. De igual forma, aunque indirectamente, quiero dar las gracias al por entonces Capitán Alberto Ayora y a Ricardo Martínez Llorca, autores de los libros reseñados, por haberme apropiado de alguno de sus pasajes que me han ayudado a relatar con fidelidad la última parte de esta historia de sacrificio, tesón y coraje. Gracias a todos.