domingo, 8 de marzo de 2015

Entrevista - General D. Demetrio Muñoz Garcia - MOE

Entrevista realizada por LUIS CANDELA.
Diario LA VERDAD - Alicante.


General - D. Demetrio Muñoz García
Jefe del Mando de Operaciones Especiales
El nuevo jefe del Mando de Operaciones Especiales (MOE) con base en Rabasa, el general Demetrio Muñoz García, (Ceuta, 1960) nos recibe asentado ya en el acuartelamiento Alférez Rojas Navarrete. Desde ahí, el curtido militar debe mandar a una de las unidades de élite del Ejército de Tierra español. Pese a la responsabilidad del cargo, Muñoz despliega una sincera sonrisa que tan solo pierde a lo largo de su primera entrevista tras su vuelta a Alicante para rememorar episodios en misiones como Mozambique. Desde que ingresara en 1979 en la Academia Militar han pasado 36 años repletos de destinos como muestra de su dilatada carrera militar que le ha valido un último ascenso, «este premio».
-Como nuevo jefe del MOE ¿cuáles son sus objetivos?
-Mantener el nivel, que de por sí es alto. El recorrido es de diez años y estamos en una etapa de madurez.

-La actuación en Centroáfrica ha resultado exitosa o, al menos, desde Francia les mandan halagos.
-Los generales franceses nos han manifestado que han encontrado a gente muy profesional y tremendamente eficaz, y eso es lo que nosotros queremos: profesionales serios y eficaces.
-¿Ha resultado un trabajo complicado el que han realizado allí?
-República Centroafricana, y África en general, es complicada. El ambiente ya lo hace complicado. La ausencia de carreteras, el tremendo calor, la época de lluvias o las medidas sanitarias. Se trata de una zona muy inestable. Se pasa de una situación de casi normalidad a máxima tensión en minutos, por lo que se requiere una gran preparación y flexibilidad.
-¿Cómo se afrontan escenarios de tanto riesgo?
-Los Grupos de Operaciones Especiales brindan mucha versatilidad. Podemos trabajar dentro del conflicto o en situación de paz con el arma de autodefensa. La preparación, la capacidad de conexión con las circunstancias hace a la gente tremendamente útil. Ya lo dijo el general Bacquet: «Os habéis ganado la confianza y el respeto de la población en áreas donde antes casi nadie había ido, a pesar del riesgo».
-¿Sus equipos destacan por integrarse con la población?
Somos fuerzas preparadas para desarrollar muchos cometidos, pero indudablemente en escenarios de mucha volatilidad donde no interesa aparecer con una gran demostración de fuerza podemos actuar con un alto grado de supervivencia. Aparecemos con medios de protección discretos y tendiendo la mano.
-Entonces, ¿qué lugar ocupa el MOE en el Ejército, son la élite?
-Somos una unidad única y hace un trabajo diferente, con técnicas y procedimientos diferentes y otro equipamiento, por lo que es muy difícil comparar. Lo que sí es verdad es que por cómo se desarrollan las crisis que pasan en el mundo la convierten en una unidad idónea.
-¿Por qué?
-Porque sin muchos requerimientos ni grandes medios estas unidades hacen un trabajo como el desarrollado en Centroáfrica, en Mali o en Irak. Es decir, con un contingente no excesivamente numeroso se puede realizar un gran trabajo.
-¿En qué nivel se encuentran?
-Esta es una unidad de élite, como otras muchas del Ejército español, y en cuanto a nivel de preparación y de ejecución nos situamos en la línea de las Operaciones Especiales de los países de nuestro entorno, como Italia, Francia o Alemania.
-¿Y a qué retos han de enfrentarse ahora los 'guerrilleros'?
-Los que vemos cada día en el mundo, como los que se producen en Libia, Irak o cualquier escenario de África con la extensión del radicalismo y la aparición de grupos terroristas que actúan sin pautas predeterminadas.
-Esta amenaza terrorista, ¿no se puede igualar a un ejército?
-No lo son. Tienen armamento como ejércitos, empiezan a ser muy poderosos por los elevados medios y personal de los que disponen, pero no lo son y por tanto actúan, aunque parezca mentira, fuera de las normas. Ese es el gran reto.
-¿Se puede frenar su avance?
-La política que se está siguiendo se cimienta en cuatro frentes. Por un lado, hay que combatirles militarmente, sin duda, también hay que cerrar sus vías de financiación y hay que evitar que sigan creciendo. De ahí el control que se realiza por ejemplo entre Europa y los países que alimentan estos movimientos.
-¿Dónde se sitúan ustedes?
-Fundamentalmente, si se decide por el Gobierno, en el pilar número uno. En cualquier caso, le diría que es importante la labor de despliegue preventivo. Lo que parece lógico es que hay que reforzar los países en donde esto ocurre.
-¿A qué se refiere?
-El radicalismo crece en países inestables, no fallidos, pero sí con grandes carencias. Muchas de ellas son en defensa, seguridad o educación y desarrollo. Creo que cada día se va a tender más a la colaboración en todos esos aspectos.
-¿Esos países requieren de preparación específica?
-Necesitan unos sistemas de fuerzas de seguridad lo suficientemente estables y sólidos que garanticen la estabilidad del país. Ahí es donde podemos intervenir nosotros, como colaboramos en Irak o Mali, entrenando a sus ejércitos o policía antes de que llegue la crisis.
-¿Qué otras amenazas preocupan?
-El radicalismo en todas sus formas. Me refiero a cualquier tipo de situación que genere inestabilidad. La principal preocupación de Europa en lo que ocurre en Oriente Medio y África al norte del Sahel. Lo que ocurre en Libia es preocupante, pero también por las oleadas de personas que lógicamente van buscando un mundo mejor, sin violencia y donde puedan desarrollar una vida.
-¿La guerra es gran responsable de los flujos migratorios?
-Muchos de ellos se producen a consecuencia de los conflictos, eso nos afecta. Lo que necesitamos es aportar estabilidad en los países de origen y regularizar toda esta situación.
-¿Cuál es la preparación para que un MOE pueda afrontar situaciones tan diversas?
-Tenemos un grado de profesionalización muy alto y de especialización. Aquí, cada hombre tiene una formación militar y después una especialización en cualquier ámbito, como buceo, montaña, paracaidismo, uso de comunicaciones complejísimas, armamento, orientación o capacidad de actuar ante una emergencia médica.
-¿Siempre listos ante cualquier imprevisto?
-En un grupo de 16 hombres encuentra uno de todo para, llegado el momento, resolver desde una avería de un vehículo, en armamento, evacuación a hospital o cualquier capacidad. Lo demostramos en Irak, donde somos capaces de impartir instrucción en multitud de tareas.
-Y del desierto pasan a acompañar la misión científica a la Antártida.
-Cada grupo de montaña tiene distintas especialidades, pero las unidades están preparadas para trabajar en condiciones extremas, como a 30 grados bajo cero. Pero contamos con especialistas también en agua y en todo tipo de escenarios.
-¿Les ha afectado la crisis?
-Afecta a todos y hemos tenido que hacer un esfuerzo para seguir siendo eficaces. Por ser una unidad pequeña y no requerir de materiales no necesariamente caros, estamos muy bien para atender todas las operaciones. Cuando hay que hacer esfuerzos se nos dota, aunque esperamos que la situación mejore.
-¿Cómo llevan eso de enfrentarse a situaciones en las que pueden perder la vida?
-Se entrena la gestión del riesgo. Aquí se realiza un trabajo en condiciones lo más parecidas a las reales. Hasta el momento, los enfrentamientos se saldan con éxito, sin bajas propias y hemos usado la fuerza mínima. Si hay que actuar, es preferible hacer un disparo que vaya a donde debe ir, hacemos operaciones quirúrgicas.
-¿Lo entienden las familias?
-El que está metido en esas circunstancias no lo ve todo tan dramático ni con tanta angustia, pero es que la imaginación es muy poderosa. Por ello somos muy cuidadosos con la información, ha de ser veraz. Detrás hay familias y amigos.
-¿Qué destacaría de destinos tan cambiantes como Bosnia, Mozambique o Afganistán?
-De Bosnia, en el 92, la primera misión desarrollada fuera, destaco la ilusión y el esfuerzo. Mozambique fue mi primer contacto con África. Muchas veces el ejército es la única solución para actuar en determinados escenarios, como montar un hospital, que es lo que fuimos a hacer. En Afganistán fui coronel jefe de la agrupación, fue el culmen en el apartado profesional.
- ¿Y en lo personal?
-En Mozambique llegué a cuestionarme dónde está la felicidad. Ver a gente con tantas carencias y tan feliz hace replantearse si sabemos medir lo que tenemos. Recuerdo niños siempre sonriendo pese a las circunstancias.
-Se ha podido ver a la unidad en televisión, ¿les ha ido bien?
-Tiene aspectos positivos y nos quedamos con ello. Le seré sincero, a mí que se llame la serie 'Los nuestros' me encanta, porque somos parte de la sociedad. Además, dedican un recuerdo emocionante a toda la gente que se nos ha quedado en el camino.

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